Llueve sudor entre cajas y cajas de ropa.
Un suéter viejo; un pantalón de chándal agujereado por lo vivido.
Otros tres hombres, sudorosos y mal vestidos, cargan y descargan cajas de un camión.
Al fondo, las luces apagadas de un escaparate.
Seres de plástico vestidos con prendas que cuestan más de una noche de trabajo.
Actor; periodista; mozo de carga.
Ese soy yo.