El estudiante migrante

Juan Ginés era un muchacho

ante todo muy formal.

Nunca dio un bandazo,

iba a la Universidad.

 

Su novia se quejaba

de que ya nunca salían,

pero Juan no claudicaba,

Estudiaba ingeniería

 

¡Ay! Juan Ginés, Juan Ginés

¡Tanto estudiar y pa qué!

 

Después de cuatro años

terminó la carrera

y llegó el desengaño:

No encontraba faena.

 

Estuvo quince días

trabajando de comercial.

Ni un aspirador vendía,

y lo tuvo que dejar.

 

¡Ay! Juan Ginés, Juan Ginés

¡Tanto estudiar y pa qué!

 

 

Pero un día por sorpresa

su suerte cambió,

una empresa holandesa

le contrató.

 

Juan Ginés dejó su tierra

con su sol y con su playa,

se fue a currar a La Haya.

 

¡Ay! Juan Ginés, Juan Ginés,

¡Tanto estudiar y se nos fue!

 

 

Hace mucho tiempo

que no veo a Juan Ginés,

ahora ya es medio holandés.

 

Por la inmigración

perdí un amigo,

pero su gran amor

hoy duerme conmigo.

 

 

¡Ay! Juan Ginés, Juan Ginés

¡Tanto estudiar y la novia se te fue!

Juan Ginés el día de su graduación, con su orgullosa madre ¡No sabía lo que le esperaba!

Amor sin dinero

Huyendo de un amor naufragado,
seduje a la más guapa del local.
No soy un adonis de torso acorazado,
pero uso la lengua con habilidad.

No teníamos casa,

un callejón bastó.

Hacía mucha rasca,

ella estornudó.

 

¡Ay! Amor sin dinero.

Si quieres gozar conmigo cómprate un piso primero.

¡Ay! Amor sin dinero.

Quiero morirme de gusto, no del frío de enero

 

Volvimos al bar

buscando el calor,

pero fui a miccionar

y desapareció.

Se fue con un niñato en su Audi A2

A veces la recuerdo solo en mi habitación

 

¡Ay! Amor sin dinero

Si quieres gozar con alguna cómprate un piso primero

¡Ay! Amor sin dinero

Quieren morirse de gusto, no del frío de enero.

black note

 

Mi bandera

Nací en España, eso pone en mi DNI.

También podría haber nacido en otro sitio; tal vez en Francia o en México si mi abuelo Pedro hubiera seguido los pasos de su padre y se hubiera metido en política.

Podría haber nacido en cualquier parte del mundo si el trabajo de mis padres les hubiera llevado a recorrer el mundo; como Fernando Fernán-Gómez, que nació en Lima por casualidad.

El caso es que nací en España y soy español. No por decisión propia, porque nadie elige donde nace.

Siempre he sentido aprecio por La Mancha y su gastronomía. Me gusta comer los platos típicos de Villarobledo, como los hacía mi abuela y como los hace mi madre. Y digo de Villarobledo porque si te vas a Socuéllamos o a Toledo pueden variar. Siento devoción  por el gazpacho manchego; las migas ruleras; las gachas…

Pero nací en Valencia, porque aquí vinieron mis abuelos con sus hijos, y aquí vivía mi familia paterna.

También disfruto con un buen cocido valenciano, con su pelota y su blanquet; o del arroz de puchero, hecho en cazuela de barro con los restos del cocido; o de la paella de mi tío Rafa, cocinada a la leña ¡La auténtica!

También siento mío el valenciano (o catalán a la manera de Valencia, como diría Ovidi Montjor), una lengua que muchos consideran que no vale para nada, pero forma parte de nuestra cultura. Una lengua que me permite leer sin intermediarios a Vicent Andrés Estellés o a Ausiàs March, y también a Miquel Martí i Pol o a Salvador Espriu.

Una lengua que mi padre y mi tía Amparo nunca aprendieron, a pesar de vivir siempre en Valencia. Nunca la aprendieron porque fue perseguida por  la dictadura franquista.

Cuando voy a Catalunya siempre ando como loco por comerme una escudella, o unos calçots en temporada; las fabes con almejas en Asturias(aunque sea en agosto); el rabo de toro en Córdoba, un cocido en Madrid…

Sin embargo, tras la fiebre nacionalista que ha enfermado a España, cada vez me siento menos español. Hace mucho que la rojigualda dejó de ser mi bandera, pero tampoco se me torcía el gesto al verla.

Estoy empachado de encontrarla en balcones; en bares (hasta en el chino de debajo de mi casa); en pulseras de políticos mangantes; o sostenida por algún youtuber con aires de matón de colegio (la fama está muy barata).

La paella; el gazpacho; els calçots… ¡Esa es mi bandera!

 

Gazpacho

Mi madre hace el gazpacho con menos caldo y la torta rota a mano, pero seguro que estaban buenos.

 

 

 

El pivot

Cuando empecé a jugar al baloncesto, a nivel federado, lo hacía de pivot. Era mayor que mis compañeros, por eso era más alto.

Pero un día dejé de crecer (a lo largo al menos), y con 1’72 (casi 1,73) no podía seguir siendo el Warren Kidd del equipo. Me vi relegado al ostracismo por mi falta de altura y de fundamentos ofensivos.

La defensa no se me daba tan mal, pero el entrenador no veía con buenos ojos que siguiera marcando a mi par cuando ya lo habían sentado en el banquillo ¡Un puntilloso con ínfulas de Miki Vukovic de barrio!

Deprimido, dejé las pistas de cemento (y alguna de gravilla) y me limité a ir al pabellón de la Fuente de San Luis (la casa del Valencia Basket) como espectador. Allí descubrí a un tipo con barba que, partido tras partido, jaleaba a los jugadores y al público como si no hubiera un mañana; como si no quedara un tiempo muerto.

Entonces descubrí cuál debía ser mi nuevo rol en el equipo:

Mascota.

CEU Basket

Foto de mi regreso fugaz a las pistas, con look a lo José Antonio Paraiso.

A propósito de ‘El círculo’ (Jafar Panahi)

‘El círculo’ fue la tercera película del iraní Jafar Panahi , ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia.

Es una cinta muy coral, una constante en la filmografía de Panahi, que refleja la represión que sufren las mujeres en la sociedad de la república islámica.

Sin embargo, no percibo el sutil toque de humor que tienen películas posteriores suyas, como ‘Fuera de juego’, ‘Taxi Teheran’ o incluso ‘Esto no es una película’.

El director maneja muy bien la tensión en la segunda secuencia del film, dejando perplejo a un espectador que va entendiendo lo que pasa conforme va avanzando la misma, pero al que ,de entrada, le falta información.

Y esas ganas de saber más se mantienen a lo largo del metraje, con personajes que sirven de hilo conductor de la historia hasta que desaparecen sin darnos cuenta, y nos quedamos con la duda de qué les pasará cuando la cámara deja de mostrar sus vidas. O quizá lo intuimos.

Su dirección es eficiente, sin prestarse a virtuosismos.

La estructura de la cinta es circular: Empieza con una puerta con un ventanuco que se abre, y termina con una puerta con un ventanuco que se cierra.

Destaca la ausencia de música, ni siquiera en los créditos finales.

Hay quien aboga por terminar con el cine ideológico. Yo espero que no se deje de mezclar cine, crítica social e ideología si se hace tan bien como lo hacen Jafar Panahi o Ken Loach.

 

el circulo

La actriz Nargess Mamizadeh en ‘El círculo’.

Amor porno

Después de romper

vino el tiempo de olvidar.

No me querías querer,

y te pusiste aquella peli de Hugh Grant.

 

En mi caso hice lo mismo:

Tras maldecir mi suerte negra

y sentirme al borde del abismo,

me puse una de Lucia Lapiedra.

 

No te quería querer

y rememoré tus manos,

cuando jugábamos a ser

la clienta y el del butano.

 

Pero aquella vez

tú no estabas a mi lado.

No te desnudé,

estaba solo y empalmado.

 

Y comprendí

que la soledad es un cáncer.

¡Cuánto sufrí

con  la postura del Power Ranger!

 

Tengo recuerdos varios:

El olor de tu piel,

el sabor de tus labios,

y el de tu punto ge.

No me gusta el silencio

No me gusta el silencio,

prefiero decir adiós.

Se lo gritaré al viento

convertido en canción.

Te conocí una tarde

bañada en alcohol.

Tú querías embriagarme,

yo no dije que no.

Buscaste la gloria

bajo mi pantalón,

encontré un riachuelo

tras tu ropa interior.

El sexo nos fue encendiendo

en aquel callejón.

Siempre sales corriendo

Cuando te hablan de amor.

No me gusta el silencio,

prefiero decir adiós.

Esto no es un sepelio

¡Viva la diversión!

A propósito de ‘El color púrpura’

Me encantaron las transiciones usadas por Spielberg para pasar de las secuencias transcurridas en Estados Unidos y las que ocurren en África, así como la tensión que genera en algunos momentos, y las salpicaduras de comedia en este drama esclavista. Buena interpretación de Goldberg y Glover, que son capaces de dominar los dos géneros, aunque el actor californiano esté un poco ‘subido’, contrastando con la sutileza de la actriz.

Además hay una correcta evolución en los personajes.

Sin embargo, el final, sobre todo por lo que respecta al personaje interpretado por Danny Glover, me resulta demasiado ‘Un final made in Hollywood’.

La película coincidió en los Oscars con ‘Memorias de África’, y a pesar de las virtudes de la cinta de Spielberg, la de Pollack fue justa vencedora.

¡Viva la liberalización!

Cuando estudiaba economía en la universidad, había una ecuación cuyo resultado nunca me creí:

Mayor inversión en formación = mejores sueldos.

Resulta que un club de fútbol de de primera división que ha jugado en Champions, o lo que es lo mismo, una empresa que mueve millones de euros cada año, busca reportero/a para cubrir los partidos del equipo ¿Sueldo? 150 euros al mes, 1800 euros brutos al año. No, no me comido ningún cero. 150 euros al mes. Un equipo de primera división.

Como saben que es un sueldo insultante ponen una nota al margen: Son dos fines de semana al mes. Como si ser reportero no implicara un trabajo previo durante la semana. Como si algún periodista que viva de cubrir retransmisiones deportivas cobrase 150 euros al mes. Lo arreglan diciendo que » Eventualmente se podrían hacer grabaciones entre semana que incrementarían el importe«.

¿Cuánto tiempo es eventualmente? ¿Un momento puntual? ¿ De cuánto dinero estamos hablando?

Alguien bienintencionado podría pensar que lo que ofrecen es un contrato de prácticas. Pues no. Piden el título de periodismo, experiencia como reportera (en el texto de la oferta, a veces pone reportero/a, y otras reportera a secas) en alguna televisión local (será que las que tienen experiencia en canales nacionales piden mucho), valenciano nativo e inglés C1.

Este club pretende aprovecharse de la afición al fútbol de muchos periodistas. Vas a ver partidos gratis ¿Para qué quieres ganar más dinero? Total, ¡si hay quien lo haría gratis e incluso pagaría por ello!

Y esa es otra, los medios de comunicación con estructuras piramidales donde tienes que pagar por emitir tu programa. Rellenas su parrilla y encima les tienes que pagar, y buscar los anunciantes tú, cuando son ellos los que debería pagar a los periodistas ¿O Pepa Bueno paga a la SER para hacer ‘Hoy por hoy’? Y quiero remarcar lo de la estructura piramidal, no estoy hablando de radios alternativas con estructura horizontal, donde pagas pero tienes voz y voto en la organización.

También es indecente que algunos medios paguen a una minoría de sus empleados, y el resto sean becarios o colaboradores que no perciben sueldo alguno o ganan una miseria (más o menos lo que ofrece ese club de fútbol a titulados). O todos cobramos dignamente o el patrón al río.

Con esto de que el periodismo es una profesión vocacional nos la meten doblada ¿Pero hay alguna carrera que no sea vocacional? ¿Alguien se pasa cuatro años o más estudiando sin que le guste su futura profesión?

En este texto me he centrado en los atropellos salariales de los que son víctimas los periodistas, lo triste es que podemos encontrarlos en casi cualquier sector, y en la mayoría de casos es legal.

Pero oye, sigamos celebrando la creación de empleo y la recuperación económica. Sigamos criminalizando a los estibadores y a los trabajadores del metro.

PP-Explotacion-trabajador

Cómplices extraños

El Govern de Catalunya ha vuelto a situarse al margen de la legalidad para intentar que la sociedad catalana pueda decidir si quiere seguir formando parte de España o quiere ser una república independiente, como ya lo hiciera con el referéndum del 9 de noviembre de 2014, o con las elecciones autonómicas pretendidamente plebiscitarias de 2015.

En el referéndum ganaron los catalanistas, y en las elecciones consiguieron una mayoría absoluta en el Parlament, aunque esto no se vio reflejado en los votos  (47%).

Pese a todo, Catalunya siguió siendo una autonomía de España y la cosa no pasó a mayores, ya que la legalidad española no lo permitía.

Estos intentos de conseguir la independencia estuvieron precedidos por un Estatuto de Autonomía que el presidente Zapatero prometió apoyar, y que ante los recursos de inconstitucionalidad denunciados por el Partido Popular, el Tribunal Constitucional tumbó 14 artículos.

En esta ocasión, el catalanismo ha encontrado en el Gobierno del Partido Popular a su mayor aliado (aunque involuntario), con el Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido y el Presidente Rajoy a la Cabeza.

El despliegue policial y de Guardias Civiles que organizaron era totalmente prescindible, a tenor de los precedentes existentes. Era totalmente innecesario tratar de impedir la votación (que se produjo de todos modos) a base de represión armada. Bastaba con una nueva sentencia judicial.

Más allá de la reprobable violencia institucional hacia personas que estaban desobedeciendo pacíficamente, la actitud de algunos policías y Guardias Civiles que sobrepasaron sus funciones tampoco ayuda en nada. Basta con ver las imágenes del policía rompiendo los dedos de la mano Marta Torrecillas, quien también ha denunciado tocamientos. Por supuesto, las acusaciones de agresión sexual deben demostrarse, pero no hay que olvidar que siempre se han producido las guerras, y lo de ayer se le parecía.

Empujones escaleras abajo también hemos visto varios, y un policía tomando impulso para hacer el mayor daño posible al chafar a una persona que ya estaba en el suelo.

Hay que denunciar la violencia de los que tiran vayas y piedras a las fuerzas opresoras, pero es todavía peor cuando actúan igual los que tienen que proteger la ley.

Los que responden a los ataques de la llamada ‘violencia legítima’ (la que ejerce el Estado, para no confundirnos), están devolviendo el favor a Rajoy, regalándoles un argumento para que los suyos justifiquen el linchamiento de manifestantes.

También es lamentable que algunos manifestantes oculten su rostro con capuchas pañuelos y gafas, porque los que defienden una causa justa no tienen nada que esconder, a no ser que su objetivo sea generar el caos y quedar indemnes. Pero esa actitud no se produce solo en casos de enfrentamiento, también en manifestaciones que transcurren con normalidad, sobre todo cuando aparecen cámaras de televisión. En España la gente ya se escondió demasiados años por sus principios, como para que lo hagamos nosotros ahora. La clandestinidad se acabó.

También son denunciables los intentos de intimidación por parte de la extrema derecha, acudiendo a manifestaciones y actos en defensa del derecho a decidir. Los que están a favor del derecho a decidir, no debe entrar en su juego para no proporcionarles la foto que buscan, y las contramanifestaciones, contra más alejadas mejor. No tienen necesidad de comportarse como ellos.

Estoy a favor de que los catalanes decidan libremente (lo del 1 de octubre no fue libre) si quieren formar parte de España o no.

Sin embargo, mi deseo es que sigan formando parte de ella, concretamente de una España en forma de república federal.

El deseo de superar la constitución del 78 y la desafección con este régimen, es compartido más allá de Catalunya.